¿Cómo abordar la depresión en adultos mayores?

A pesar que la mayoría de las personas adultas mayores tienen una buena salud mental, muchas corren el riesgo de presentar trastornos mentales, enfermedades neurológicas, además de otras afecciones. ¿Cómo debemos acompañar este proceso?


Todas las personas necesitamos conexiones sociales para sobrevivir y prosperar, pero a medida que envejecemos, a menudo pasamos más tiempo a solas. Los estudios muestran que la soledad y el aislamiento social están asociados con tasas más altas de depresión.

Pero, ¿qué es exactamente la depresión?

Para la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno grave del estado de ánimo. Puede afectar la manera como se siente, actúa y piensa. La depresión puede causar grandes sufrimientos y trastorna la vida cotidiana. La depresión unipolar afecta a un 7% de la población de ancianos en general y representa un 5,7% de los años vividos con una discapacidad entre las personas de 60 años de edad y mayores. En los establecimientos de atención primaria de salud la depresión no se diagnostica ni se trata como debiera. Es frecuente que los síntomas de este trastorno en los adultos mayores se pasen por alto y no se traten porque coinciden con otros problemas que experimentan los adultos mayores.

Los adultos mayores con depresión tienen un desempeño más deficiente en comparación con los que padecen enfermedades crónicas como las enfermedades pulmonares, la hipertensión arterial o la diabetes sacarina. Este trastorno también aumenta la percepción de tener mala salud, la utilización de los servicios médicos y los costos de la asistencia sanitaria.

¿Cómo se debe abordar la salud mental en adultos mayores?

Es importante que los prestadores de asistencia sanitaria y la sociedad en su conjunto presten atención a las necesidades especiales de los grupos de población de edad mayor mediante las medidas siguientes:

  • capacitación continua de los profesionales sanitarios en la atención de adultos mayores;
  • prevención y atención de las enfermedades crónicas que acompañan a la vejez, como los problemas mentales, neurales;
  • elaboración de políticas sostenibles sobre la asistencia a largo plazo y los cuidados paliativos;
  • creación de servicios y entornos que favorezcan a las personas de edad.

 

¿Cómo actuar?

En principio, es importante el reconocimiento y tratamiento oportunos de los trastornos mentales, neurorológicos. Se recomienda aplicar, de acuerdo a cada caso, intervenciones psicosociales y/o farmacológicas.

  • el diagnóstico temprano para promover el tratamiento oportuno y óptimo;
  • la optimización de la salud física y psíquica y el bienestar;
  • la identificación y el tratamiento de las enfermedades físicas conexas;
  • la detección y el tratamiento de síntomas comportamentales y psíquicos difíciles; y
  • el suministro de información y apoyo prolongado a cuidadores.

 

En La Casa de mis padres, contamos con un plantel médico altamente especializado en geriatría y gerontología, capaz de identificar y acompañar distintos transtornos mentales y neurológicos. A su vez, trabajamos día a día para fortalecer los lazos sociales. Tenemos un equipo multidisciplinario que trabaja el valor de la hermandad desde un enfoque complejo y siempre cambiante. Promovemos el diálogo, generamos espacios para lograr una mayor convivencia entre nuestros residentes mediante talleres y actividades coordinadas por personal capacitado.