La RAE incluyó el término EDADISMO en su diccionario

El término fue propuesto en 2020, pero recién a fines de 2022 fue aceptada. Se trata de una palabra que engloba una problemática cada vez más creciente y compleja. Pero, ¿por qué es importante este hecho?

 

El término Edadismo es una de las últimas entradas en el diccionario de la Real Academia Española. Pero, ¿por qué es importante que aparezca en dicho diccionario? La palabra Edadismo aparece, a partir de ahora, definida como “discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas”.

 El origen del término Ageism (edadismo) fue acuñado por el Psiquiatra y Gerontólogo americano, Dr. Robert Neil Butler, para referirse a la discriminación que padecen las personas mayores en una sociedad envejecida. El Dr. Butler fue el primer director del National Institute on Aging de Estados Unidos y fundador del International Longevity Centre.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el “edadismo” como el estereotipo, el prejuicio y la discriminación contra las personas en función de su edad. El término “edadismo” se ha construido por analogía con otras formas de discriminación, como el racismo y el sexismo.

Para las personas mayores, el edadismo es un desafío cotidiano. Ignorados para el empleo, con acceso restringido a los servicios sociales y estereotipado en los medios de comunicación. En definitiva, el edadismo margina y excluye a las personas mayores en sus comunidades.”

La aceptación del término está, además, justificada en cuanto que se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, de 7.700 millones en la actualidad a 9.700 millones en 2050, según un nuevo informe de Naciones Unidas. “La población mundial está envejeciendo y el grupo de edad de 65 años o más es el que crece más rápidamente. Se estima que para 2.050, una de cada seis personas en el mundo (16% de la población) tendrá más de 65 años, lo que supone casi el doble de las que existían en 2019, una de cada 11 (9%). Este notable incremento de los adultos mayores en nuestras sociedades se debe, por un lado, al aumento de la expectativa de vida y, por otro, a la disminución de la tasa de natalidad.

La longevidad alcanzada por los seres humanos de manera prácticamente global, nos invita a considerarlo como un gran éxito. Sin embargo, este incremento de adultos mayores en nuestras sociedades “avanzadas” se ha ido traduciendo en un rechazo a estos adultos mayores por suponer un “costo” elevado para el “sector productivo” de la población. Este rechazo inicial se ha ido convirtiendo con el tiempo en una actitud claramente discriminatoria hacia las personas mayores.

 Como confirmación del peso específico del edadismo, el estudio de la profesora Ayalon sobre prevalencia de discriminaciones en Europa ha puesto de manifiesto que, en la mayoría de los países europeos, la discriminación por edad supera ampliamente a otras formas de discriminación, un 34,5%, seguida de la discriminación por género (sexismo: 24,9%) y de la discriminación étnica (racismo: 17,3%).

La OMS, las Naciones Unidas y otras muchas organizaciones públicas y privadas han realizado un llamamiento a la sociedad para combatir el edadismo en los últimos tiempos y lña inclusión del término “edadismo” contribuiría a que se prestara una mayor atención a esta forma de discriminación a la que apenas se dedica esfuerzos para erradicarla, a pesar de su extensión en nuestra sociedad.